En ocasiones me siento tan viejo...
Tan cansado, que olvido viejos papeles...
Termino abandonando
los recuerdos
en viejas cajas de madera,
acumulando polvo y olvido.
Risas y llantos,
encerradas en botes de cristal,
insonorizados...
donde solo poder verlos
para olvidar el espantoso ruido
que me transmiten pasado,
solo triste pasado...
Las lágrimas se pierden
por el desague,
arrastrando oscuras noches
de insulsa desilusión.
El negro fondo que ha rodeado
durante tanto tiempo
lo que ahora intento encerrar,
será derribado con un martillo
de orgullo y tozudez,
un martillo que he forjado yo sólo,
ensangrentando mis manos y quemándome la piel...
En ocasiones me siento tan viejo...
Tan machacado, que recuerdo viejos pesares...
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